Es innegable que el fútbol se ha convertido en un símbolo
mental cognitivo, que influencia decididamente en el desarrollo de la cultura y
la vida del ser humano.
La dimensión humana tiene un agregado esencial, que es su facultad
de entender; esta facultad es consustancial a la mente, que es un estado
funcional creado por el cerebro. Así tenemos que el entender, los estados
conscientes en general y la autoconciencia, también son un estado funcional creado
por el cerebro, el cual determina la creación de imágenes cognitivas
sensomotoras.
Con la capacidad de entender, el ser humano ha creado cultura
y civilización, determinando que la dimensión humana sea cambiante, ascendente
y evolutiva.
El comportamiento y conducta humana, son el resultado de una
adaptación producto del intercambio de información genética vital con el medio
ambiente; esta adaptación, en el caso del ser humano, es de dos tipos: una de
respuesta adaptativa vital esencial genética y la otra de respuesta adaptativa
vital complementaria, condicionada a lo sociocultural.
El mensaje significante de la actividad del fútbol, se estructura
con criterios de valoración idealizada; un ejemplo, la representación de un
país por su selección de fútbol, es el resultado de la idealización simbólica
que los pueblos otorgan a los jugadores, para que sean los representantes de su
respectivo país; circunstancia que compromete a las personas y el fútbol, de
esa manera, se convierta en un orientador vivencial de las personas y en un
simbolismo mental cognitivo correlacionante y dinámico.
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