jueves, 17 de diciembre de 2020

Programa del CIDEHUSH

 Pedagogía Social  Comunicación en Salud para una buena calidad de vida 

Dr. Fernando Guerrero Bz

Presidente del CIDEHUSH

Hoy que la masa informativa es inmensa, por el desarrollo tecnológico de los medios de comunicación, es importante que demos un giro para que la comunicación no solo sea informativa, sino que se convierta en formativa; en estudios actuales en el área cognitiva, se ha determinado que el proceso psicológico formativo, se efectiviza cuando las ideas y conceptos se perennizan en un impreso, ya que, por este medio, el poder significante de los conceptos y pensamientos se efectiviza. Por eso, hemos creído conveniente crear el “Impresblog Quiteño”, impreso que será una herramienta valiosa para difundir criterios formativos del Programa del CIDEHUSH, Pedagogía Social – Comunicación en Salud, para una buena calidad de vida, y en homenaje al ser humano excepcional que fuera Eugenio Espejo, médico, periodista y orientador social, nos es grato poner a vuestra consideración, el primer impresblog con el título “Apreciación de la comunicación en salud, en la obra de Eugenio Espejo”.


Apreciación de la Comunicación en  Salud
en la Obra de Eugenio Espejo

 Dr. Fernando Guerrero Bermúdez

Para apreciar la comunicación en salud en la obra de Eugenio Espejo, es necesario saber qué es comunicación en salud y la relación que consideramos existe con la obra de este gran personaje. En esta apreciación, tomaremos criterios actuales, sin llegar al anacronismo (concepción crítica que pretende juzgar hechos del pasado valiéndose de conocimientos actuales, que pueden llevar a concebir criterios distorsionados), por lo que consideraremos sus ideas y sus obras bajo una óptica de herencia simbólica mental cognitiva (Mentalgrafía).

Se dice que la comunicación en salud es el estudio, la investigación y el uso de estrategias de comunicación, para informar e influenciar en la conducta y decisiones personales, para lograr un desarrollo con salud.

Para tener criterios de comunicación en salud, es conveniente reflexionar sobre nuestra capacidad psíquica de entender, que es la que nos permite tener una idea clara de una cosa o circunstancia y ha sido la base para la creación de cultura y civilización; además, el entender contribuye a que reflexionemos y podamos analizar nuestras condiciones vitales. Es por esta facultad psíquica, que podemos relacionar el fenómeno de la comunicación con la salud.

Puesto que la comunicación en salud es parte importante de la comunicación en general, es conveniente recordar qué es comunicación.

La importancia de la comunicación radica en que es consustancial a la vida humana.

El vocablo comunicación deriva del latín communicare, que significa “compartir algo, poner en común”; la comunicación, desde el punto de vista ontológico, considera que este compartir se da entre los componentes del Todo o Universo. La comunicación es consustancial a la realidad, porque ésta es la presencia efectiva de algo que puede dar o recibir información e influencia por resonancia; este elemento es concurrente tanto para la realidad como para la comunicación, ya que la realidad y la comunicación se desenvuelven en campos energéticos vibracionales resonantes, ya que todo vibra en el Universo.

La comunicación influencia en gran medida en el desenvolvimiento de nuestra vida, por lo que debemos comprender cómo se transforma la información sensitiva vital cognitiva, para formar conceptos que son los que orientan nuestro comportamiento y conducta.

Siendo la comunicación un proceso esencial en la conducta humana, se hace necesario revisar conceptos actuales de neurociencia y conducta en este campo, dados por Rodolfo Llinás y Eric Kandel, que nos ayudan a esclarecer el proceso mental que crea imágenes y conceptos.

Rodolfo Llinás, en su libro “El cerebro y el mito del yo”, manifiesta que, “…desde mi perspectiva monista, el cerebro y la mente son eventos inseparables. Igual importancia que lo anterior tiene entender que la ‘mente’ o el estado mental, constituye tan solo uno de los grandes estados funcionales generados por el cerebro. Los estados mentales conscientes pertenecen a una clase de estados funcionales del cerebro, en los que se generan imágenes cognitivas sensomotoras, incluyendo la autoconciencia”. (Llinás. El cerebro y el mito del yo. 2003:1. Bogotá)

A continuación, Llinás manifiesta: “…Propongo que el estado mental represente o no (como en los sueños o lo imaginario) la realidad externa, ha evolucionado como un instrumento que implementa las interacciones predictivas y/o intencionales entre un organismo vivo y su medio ambiente; para que tales transacciones tengan éxito, se requiere un instrumento ‘precableado’, genéticamente transmitido, que genere imágenes internas del mundo externo... La predicción, función tan radicalmente diferente del reflejo, constituye la verdadera entraña de la función cerebral.”. (Llinás. El cerebro y el mito del yo. 2003: 4. Bogotá).

Llinás continúa diciendo: “…Dado que en general el cerebro opera como un sistema cerrado, debe considerársele como un emulador de la realidad y no como un simple traductor”. (Llinás. El cerebro y el mito del yo. 2003:16. Bogotá)

Para aclarar la función psíquica cognitiva que produce conceptos, también debemos considerar los criterios dados por Eric Kandel, premio Nobel de medicina del 2000, en su libro “Neurociencia y Conducta”, en este campo; cuando se refiere a la fusión del estudio de la conducta, la “ciencia de la mente”, con la neurociencia, “la ciencia del encéfalo”, manifiesta que “…el dogma central de dicha unificación es que lo que acostumbramos a llamar mente, consiste en una serie de funciones realizadas por el encéfalo. La acción del encéfalo subyace a toda conducta, no solo a las conductas motoras relativamente sencillas tales como andar y comer, sino a todos los actos cognitivos complejos que asociamos con la conducta específicamente humana, tales como pensar, hablar y crear obras de arte. Conforme a este punto de vista, los trastornos de comportamiento, que caracterizan a la enfermedad mental, son alteraciones de la función cerebral”. (Eric Kandel. Neurociencia y Conducta. 2000:5).

Los seres humanos somos una entidad biológica que orienta su conducta en base a conceptos; estos son estructuras simbólicas mentales cognitivas, por medio de las cuales comprendemos las experiencias y adquirimos conocimientos, de manera dinámica y acumulativa; la información significante, que es la que va a producir conceptos, proviene de la información de la función de adaptación, así como también, de la información cuando se adquiere nuevos conocimientos, en un proceso de interrelación y correlación con la memoria.

Estas construcciones mentales surgen por medio de la integración en clases o categorías, que agrupan nuevos conocimientos y nuevas experiencias con los conocimientos y experiencias almacenados en la memoria.

Al concepto se le considera una unidad cognitiva de significado; un contenido mental que a veces se define como una "unidad del conocimiento".

Podemos reflexionar que la obra y las ideas de Eugenio Espejo, como investigador, científico, médico, periodista, abogado, ensayista, tienen relación con lo que se denomina comunicación en salud, ya que su obra de investigación está orientada por lo que él llamaba “Reflexiones”, para posteriormente difundirlas con estrategias de comunicación de su tiempo, en beneficio de la salud personal y social.

En la obra de Espejo, podemos apreciar la comunicación en salud, ya que todas sus investigaciones las hizo de manera metódica y prolija, que daban resultados reales, que podían ser aplicados, ya que tenían una orientación en beneficio del desarrollo y salud de la sociedad. Esto, en gran medida, lo podemos apreciar en su obra enciclopédica “Reflexiones acerca de las viruelas”, que es un compendio de historia de la medicina de su tiempo, un tratado de higiene y ha sido considerado el primer documento de Medicina Social escrito en América India.

En 1785, se publica los resultados de su investigación Reflexiones acerca de un método para preservar a los pueblos de las viruelas; se puede decir que da lineamientos en el campo de la comunicación en salud, al cuestionar la higiene del ambiente quiteño y criticar la formación que recibían los médicos y sacerdotes que estaban en la dirección del hospital de Quito; en esta publicación, se aprecia un gran contenido deontológico.

Al hacer una historia razonada del origen de las viruelas y su difusión por el mundo, Espejo dedujo el carácter eminentemente infecto-contagioso del mal y la necesidad de aislar a los enfermos.

La mente superior de Espejo se abona por su gran ilustración, es así como, a sus criterios suma las ideas de Sydenham, médico inglés famoso, que dice que las epidemias deben producirse por miasmas, es decir, por causas no bien conocidas, ocultas en el suelo, activas en determinados momentos, de "constitución epidémica" o de "genio epidémico", que al estallar dan a las afecciones coetáneas aspecto-semejante.

Espejo interpreta a Sydenham que dice, que la causa de las epidemias está en la pésima constitución del aire. A partir de este criterio, Espejo agrega que sólo en este elemento y en sus mutaciones debe residir la causa de las epidemias. "Y a decir verdad, agrega, la atmósfera que nos circunda, debe tener un influjo muy poderoso sobre nuestros cuerpos para causarles sensibilísimas alteraciones".

Pero Espejo va más allá: "Ahora, si a esta atmósfera se le une una porción de vapores podridos, será inevitable que contraiga una naturaleza maligna y contraria a la constitución de la sangre: esto bastará para que se suscite una enfermedad epidémica, cuyos síntomas corresponden a la calidad propia del veneno inspirado por los pulmones y derramado en todas las entrañas". Pero los efectos son distintos en cada caso, y cada enfermedad afecta específicamente tales regiones y órganos. Y entonces Espejo pregunta: "¿Quién podrá comprender el misterio de que en semejantes ocasiones, el aire venenoso determine a ciertas partes del cuerpo y no a otras, sus tiros perjudiciales?" Y él mismo se contesta: "Los físicos se esfuerzan por atribuir este fenómeno a la diversa configuración de las moléculas pestilenciales y a la capacidad diversísima de los diámetros que constituyen la superficie de las fibras del cuerpo. Un glóbulo, pues, entrará bien por un poro orbicular; un corpúsculo cuadrado, por un diámetro de la misma figura. Así las cantáridas insinúan sus partículas en los órganos que sirven a la filtración de la orina; el mercurio donde quiera que se aplique, sube a las fauces y a las glándulas salivares, a pesar de su conocida gravedad; el acíbar se fija más bien en el hígado, que no en el bazo, etc. Y así respectivamente con los venenos y los medicamentos sucede lo mismo".

Espejo tiene un interés muy importante en la relación recíproca entre esos elementos extraños al ser y el ser mismo, la interacción que entre ellos se produce. "¿De dónde sabremos, se pregunta, evidentemente que pase en este recíproco mecanismo, así de la acción de aquéllos, como de la reacción de los resortes de la máquina animal?"

Este gran investigador da criterios sobre ideas universales sobre las epidemias, al manifestar:  "...toda especie viviente padece su epidemia y muerte en una general revolución, que llega a conmover la armonía de los sólidos y líquidos. Lo más que se puede inferir de aquí es que hay tósigos en la atmósfera adecuados a los individuos de cada especie racional o bruta, pero habrá estación en que el aire contraiga una pestilencia que ataque simultáneamente al hombre y brutos, a vivientes e insensibles: entonces la epidemia es universal".

Espejo concluye que: "De esta manera, toda la masa de aire no es más que un vehículo, apto para trasmitir en vago hacia diversos puntos la heterogeneidad de que está recargado. Luego el aire mismo no es la causa inmediata de las enfermedades, especialmente de las epidémicas; y esas partículas, que hacen el contagio, son otros tantos ´cuerpecillos´ distintos del fluido elemental elástico que llamamos aire. Luego es necesaria la ´conmistión´ de aquéllos y de éste, para que resulten esos maravillosos fenómenos, que aparecen de cuando en cuando para terror y ruina de los mortales".

Y sin poder llegar a los "cuerpecillos", sin un microscopio, Espejo se pregunta: "¿Cómo hemos de saber qué figura tengan ellos o qué naturaleza?", por lo que hay el criterio de que él llegó a las puertas de la Microbiología.

Pero su poderosa intuición lo conduce aún más lejos: "En la casi infinita variedad de esos atomillos vivientes, se tiene un admirable recurso para explicar la prodigiosa multitud de epidemias tan diferentes, y de síntomas tan varios que se ofrecen a la observación. La dificultad más insuperable es la que causa la viruela, asistiendo a casi todos los que no probaron su contagio, y perdonando también a casi todos los que ya la habían padecido. ¿A dónde está el ingenio luminoso que pueda penetrar estos arcanos?"

De una vez quedan planteadas la infinita variedad viral y bacterial y la inmunidad a la reinfección.

Un siglo después de estas ideas magistrales de Espejo, Pasteur establece la tesis que esos atomillos vivientes existen y que son efectivamente los agentes patógenos.

Espejo también hizo investigaciones sobre la sífilis y su origen, y refuta a quienes atribuyen el origen americano de esta enfermedad y da reflexiones orientadoras que concluyen que esta enfermedad llegó a América con los colonizadores hispano-lusitanos.

Preocupado siempre de la salud pública, consciente de las proyecciones del mal y su extensión, Espejo plantea a las autoridades civiles la iniciación, de la lucha antivenérea, al tiempo que recomienda a los médicos severas medidas profilácticas.

En sus estudios e investigaciones sobre la lepra, define la enfermedad como "una corrupción de humores que reproduce cierta especie de insectos que se anidan debajo de la cutícula y roen el cutis mismo y todas las partes carnosas internas", y afirma que su contagio no se produce por el aire:  "... no hay duda de que viene de fuera, de las aguas, el alimento, la ropa y el trato de las personas que la padecen". Pero advierte que cualquiera que sea la causa del contagio, "ella es débil, insubsistente, a presencia del ambiente frío y capaz de perder luego su fuerza venenosa". Por el contrario, "los países calientes son los que la abrigan".

Espejo recomienda a las autoridades aislar a los enfermos y hasta proyecta un leprocomio.

En otra genialidad de sus pensamientos orientados a la salud pública, propone censar a los enfermos de Quito, que se hace inviable por falta de apoyo de sus colegas, que mal disimulan su disgusto frente a sus iniciativas.

También se preocupa Espejo del cáncer y la tuberculosis.

Sobre el cáncer dice poco en verdad. Pero describe con gran acierto el cáncer uterino.

E igual que en los casos precedentes, recomienda el aislamiento del enfermo y la incineración de sus pertenencias.

De la tuberculosis reconoce que es eminentemente contagiosa. Pide la intervención de la Policía Médica y sugiere la fumigación y la pintura con cal de la vivienda del tuberculoso decesado.

A Eugenio Espejo se le debe considerar como un salubrista precursor de la salud pública, pues en materia de higiene y sanidad públicas, no reporta la historia latinoamericana otra figura tan llena de preocupación por el estado de las ciudades, la pureza del aire que respira la población, el cuidado de las viviendas, el aseo de las calles, la recolección de la basura, la crianza de animales, la limpieza en los templos y conventos, la calidad de los alimentos al expendio, la reforma de las costumbres, la educación de los hábitos, etc. Y no sólo señaló en su estudio el mal y sus orígenes, también sugirió medidas concretas, y algunas veces hasta formuló ordenanzas, cuya aplicación dio magníficos resultados.

Como podemos apreciar, las ideas y la obra de Espejo, y su aplicación práctica, caen en el campo de la comunicación en salud, porque abarca el estudio, la investigación y el uso de estrategias de comunicación de su tiempo, para informar e influenciar en la conducta y decisiones personales y sociales para preservar y mejorar la salud.

 

Fuentes de Información:

 

López, Sánchez José. “Ensayos científicos escritos en homenaje a Tomás Romay”.  Academia de Ciencias de Cuba, La Habana. 1968: 143-154.

Llinás, Rodolfo. “El Cerebro y el Mito del Yo”. Editorial Norma. 2003. Bogotá  

Kandel, Eric. “Neurociencia y Conducta”. Peñalara S. A. 2000. España

lunes, 7 de diciembre de 2020

CRÓNICAS VIVENCIALISTAS HOLOSERGÉTICAS COGNITIVAS EN EL TIEMPO DEL COVID-19

La crónica Vivencialista Holosergética Cognitiva tiene como basamento fundamental, que toda actividad, incluyendo las ideas, son parte constitutiva del desenvolvimiento humano, por lo que, para influenciar en el desarrollo humano, no se queda en la referencia cronológica de los hechos, sino que trasciende hacia concepciones esenciales filosóficas, científicas y artísticas.

Estas crónicas consideran al tiempo como un camino por donde transcurren los hechos, circunstancia que ayuda para que no existan falsas apreciaciones que nos lleven a criterios anacrónicos; da importancia al análisis del simbolismo mental cognitivo, que permitirá abrir campos nuevos de trascendencia en el marco de una apreciación renovada y completa del ser humano.

Para entender a la actividad humana en su totalidad, debemos considerar el funcionamiento de la respuesta adaptativa vital que es de dos clases: la respuesta adaptativa genética esencial, base de su existencia que, en gran porcentaje es inconsciente y comanda el comportamiento y, la respuesta adaptativa vital condicionada a lo sociocultural, que es consciente, su porcentaje es menor y comanda la conducta.

Es más, el comportamiento y la conducta se modifican por influencia del funcionamiento interno y la estimulación exterior, porque se modifica la memoria autogénica que es materio genética, energética, evolutiva y adaptativa; es perenne y cambiante, para que exista funcionamiento de adaptación y supervivencia.

La Crónica Vivencialista Cognitiva es la Experiencia total, de la Coexistencia Consciente Humana. La palabra Vivencial y su vocablo Vivencialismo toman su origen de la palabra Vida, que proviene del latín Vita. Vivencia es el estado de vivir que se refiere al evento de tener vida o habitar en ella; basados en ese principio, podemos determinar que, desde el punto de vista científico, la única especie sobre la tierra que posee conciencia de estar vivo es el ser humano.

Vivenciar es el estado de vivir y vivencialismo es el entender que se está vivo, pasando de vivencial a Vivencialismo.

El entender es la facultad psíquica humana que le permite tener una idea clara de una cosa o circunstancia, siendo fundamental en el desarrollo de la conciencia. Con el entender, el ser humano ha podido crear cultura y civilización, sistematizar la filosofía, la ciencia y el arte. Es el que nos permite buscar la realidad para poder desarrollar las habilidades sociales y desenvolvernos en forma asertiva en la sociedad. Nos permite reflexionar que el tiempo es limitado más no sus circunstancias, que devienen de la Posibilidad Inmanente abstracta ilimitada y que lo que disfrutamos es la Posibilidad Efectiva limitada, que es un constructo perenne que va entre lo potencial y lo dinámico.

Esta pandemia y las circunstancias imprevistas constantes me hicieron reflexionar que el mayor patrimonio que tenemos en la existencia, es la vida y que tenemos la responsabilidad consciente de protegerla en su esencia, o sea en su Respuesta Adaptativa Genética Vital y también con la Respuesta Adaptativa Complementaria condicionada a lo sociocultural; que debemos protegerla orientando y armonizando el sentir, el pensar y el actuar para, conscientemente, orientar nuestro desarrollo vital, por lo que se hace indispensable saber criterios sanitarios epidemiológicos que protejan el transcurrir físico sin infección y armonizar el aspecto psicológico, donde juega papel preponderante el patrimonio físico y el patrimonio inmaterial cultural.

La responsabilidad vital debemos tomarla como una actitud vital que determine que aprendamos a vivir el futuro, conservando nuestro patrimonio vigente heredado y que contenga una resiliencia para poder tener una vida armónica y coherente en el futuro.

Debemos tener una cohesión cultural que enriquezca nuestras vivencias, teniendo seguridad, autoestima e identidad, por lo que sería una responsabilidad vivencialista para lograr transitar por los senderos de las leyes naturales.

La sociedad actual, por falsas conductas y criterios imperantes como la corrupción y pensar que la felicidad se encuentra en el aspecto material económico, va estructurando una sociedad con rasgos esquizofrénicos que no respeta el medio ambiente, produciendo su deterioro con consecuencias nefastas que afectan a la vida en general y la del ser humano, en particular; también, esta sociedad da importancia a la felicidad artificial, producida por el consumo de drogas y otras dependencias.

Debemos poner especial interés en que lo más importante que poseemos en la vida es la vida misma y el factor entendimiento que nos proporcione los conocimientos válidos para cuidar la vida, determinando una responsabilidad vital para poder desenvolvernos con responsabilidad social acorde con un equilibrio físico, psíquico, social y medio ambiental.

El desenvolvimiento armónico y coherente no es fruto de ningún decreto ni mandato, es el estado natural de nuestra existencia que debemos comprenderlo en esencia y protegerlo para poder vivir armónicamente alostáticamente con el cambio en el futuro.

De ahí la importancia que reviste la pedagogía social y la comunicación, para desarrollarnos con salud.

 

Dr. Fernando Guerrero Bz.
Presidente del CIDEHUSH
Círculo de Desarrollo Humano con Salud.