jueves, 11 de agosto de 2016

EN LA CASA DE LA CULTURA ECUATORIANA: RECITAL POÉTICO MUSICAL "EPICO GRITO DE LA INDEPENDENCIA"



El día 10 de Agosto de 2016, a partir de las 6:30 pm, por  invitación del Presidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana: Raúl Pérez Torres, y el Presidente del Club Poético la Delicia:Efraín Cepeda. Se realizó el Recital Poético Musical "El Ëpico Grito de la Independencia";  en el marco de este evento, como Director de Ciencia del Ateneo del Ecuador, diserté el tema:
 
"CONNOTACIONES PSICOSOCIALES DE LOS HECHOS HISTORICOS
DEL 10 DE AGOSTO DE 1809"

Para tener una apreciación valedera de un hecho histórico, es necesario conocer y reflexionar sobre las condiciones y circunstancias culturales y socioeconómicas, en las que se desenvolvía el pueblo en esa época, para poder interrelacionarlas y correlacionarlas con el desenvolvimiento de otros pueblos.

También es de vital importancia, conocer las corrientes de pensamiento que influenciaron y fueron determinantes en el desenvolvimiento vivencial, cultural y social de los pueblos y que orientaron su proyección en el futuro.

Es preciso reflexionar que, lo que determina el comportamiento de los pueblos son sus ideas y pensamientos, por lo que se llega a decir que un pueblo que no tiene pensadores, no trasciende y está destinado a desaparecer, por lo que cobran vital importancia, las ideas precursoras de libertad dadas por Eugenio Espejo y por los patriotas que defendieron y ofrendaron su vida y la no menos importante acogida del pueblo quiteño que hizo suyas estas ideas.

Estas ideas son las que guiaron las acciones de los patriotas del 10 de agosto de 1809 y posteriormente el 2 de agosto de 1810, que desembocaron en la gran gesta libertaria comandada por el libertador Simón Bolívar.

Para comprender los hechos del 10 de agosto de 1809, es conveniente remitirnos al marco histórico en que se desenvolvían España y América en esos años.

Por el año de 1808, en España reinaba Carlos IV, quien apoyó a Napoleón Bonaparte en su lucha contra Inglaterra, hecho que se justificaba porque España se disputaba con Inglaterra el control comercial de América.

Las continuas guerras y conflictos, determinaron la escasez de alimentos en la población española; esto provocó malestar e inconformidad en el pueblo, que sumado a presiones por parte de “patriotas” españoles, que se oponían a las ideas liberales de los franceses y veían mal la relación que la Corona llevaba con Francia, fueron los detonantes para que Carlos IV abdique el trono en el motín de Aranjuez a favor de su hijo Fernando VII.

Tras este acontecimiento, Napoleón vio su alianza con España afectada, por lo que tendió una trampa a Fernando VII y lo apresó en Bayona, en el mes de abril de 1808 y puso a cargo del reinado a su hermano José Bonaparte, el 7 de julio de 1808. Esto llevó a la guerra de independencia española, confrontación que se dio entre los españoles realistas, que abogaban por el regreso de Fernando VII, contra los franceses y los españoles afrancesados, es decir españoles con ideas republicanas.

En este contexto se empiezan a armar “Juntas Supremas Provinciales” en diferentes partes de España, para organizarse contra los franceses y legitimar a Fernando VII además de abogar por su retorno.

Las ideas de libertad, se habían canalizado en España a través del sistema de Juntas Supremas Provinciales y tuvieron repercusión con el mismo ideal y sistema en América.

Las noticias de estos acontecimientos despiertan inquietudes y provocan análisis en los criollos de la Real Audiencia de Quito; bajo estas circunstancias, Juan Pío Montúfar, Marqués de Selva Alegre, reúne en su hacienda “El Obraje”, en el Valle de Los Chillos, al Dr. José Luis Riofrío, cura de la Parroquia de Píntag, al capitán Juan de Salinas, a Juan de Dios Morales y a Manuel Rodríguez de Quiroga entre otros, el 25 de diciembre de 1808, en la llamada “Conspiración de Navidad”, en donde discuten sobre este tema y en la que llegan a la conclusión que la mejor forma de “evitar” una posible dominación francesa, es precisamente imitando el mecanismo imperante en España: la constitución de una Junta Soberana.

A esta idea se fueron sumando varios adeptos entre los meses de enero y febrero de 1.809, pero son descubiertos por los gobernantes y apresados a inicios del mes de marzo del mismo año. Al ser gente de clase adinerada, los acusados consiguieron la mejor defensa e inclusive y para “suerte” de los conjurados, varios desconocidos lograron robar la documentación referente al proceso legal en su contra, motivo por el que los patriotas son puestos en libertad.

Una vez liberados, los patriotas conspiradores se volvieron a reorganizar y la rebelión comenzó la noche del 9 de Agosto de 1809 en casa de la patriota Manuela Cañizares y terminó la madrugada del 10 de Agosto de 1.809, una vez que quedó conformada la Junta Soberana de Gobierno. Ese mismo día le comunican al Conde Ruiz de Castilla, presidente de la Real Audiencia de Quito, que la Junta de Gobierno lo relevaba de sus funciones; de esta manera, se organizaba el Primer Gobierno Autónomo de las Colonias de España; al mismo tiempo el coronel Juan de Salinas, al mando de las fuerzas militares de Quito declaraba lealtad a la Junta de Gobierno y al “bien amado” rey Fernando VII. Días después enviaban comunicados a los virreinatos de Perú, Santa Fé, y a los gobernadores de Guayaquil y Cuenca, indicando la existencia del nuevo orden en la antigua Real Audiencia de Quito.

Las autoridades peninsulares, informadas de este evento, disponen la reducción de la “rebelión” en curso y despachan tropas desde Guayaquil, Popayán y Pasto con la misión de tomar Quito y acabar con los insurrectos que son sometidos a prisión.

El siguiente año, y con el antecedente de que en Quito se encontraban el Batallón Real de Lima y las tropas venidas del Virreinato de Nueva Granada, mientras se tramitaba un juicio amañado contra los patriotas de 1809, juicio del que se decía terminaría en una sentencia a muerte, al conocer tal terrible amenaza, el 2 de agosto de 1810, un grupo de valerosos patriotas quiteños asaltó el cuartel del Batallón Real de Lima, con el propósito de liberar a los líderes patriotas, que el 10 de agosto del año anterior, habían destituido al Presidente de la Real Audiencia de Quito, conde Ruiz de Castilla, y organizaron el primer gobierno autónomo de las colonias americanas de España, por lo que habían sido acusados de crímenes de lesa majestad y para los cuales el fiscal pedía pena de muerte.

El pueblo quiteño asaltó dos cuarteles y una cárcel, pero las autoridades realistas respondieron ejecutando a los presos y saqueando la ciudad, cuyos habitantes no se acobardaron y la defendieron heroicamente utilizando sus herramientas de trabajo, machetes y hachas y otros objetos contundentes como piedras, ladrillos y maderos. Entre 200 y 300 personas, el uno por ciento de la población de entonces, perdió la vida en la refriega. El saqueo de las tropas realistas produjo pérdidas valoradas entre 200 y 500 mil pesos de la época. La matanza, ordenada por el gobernador realista, Conde Ruiz de Castilla como represalia, tuvo amplia repercusión en toda la América Hispana, como un acto de barbarie y justificó la "Guerra a Muerte" decretada por el libertador Simón Bolívar.

El religioso chileno, Padre Enríquez, testigo de los hechos, conmovido y asombrado por el valor de los quiteños, promovió la colocación de una placa en el faro de Valparaíso con la inscripción “Quito, Luz de América”.

El mensaje que dejó la Revolución Quiteña de 1809, consistió en que, por primera vez en la América española, un grupo de americanos elevó su voz para decirle a un monarca absolutista, que el soberano no es el rey sino el pueblo. Por esos tiempos, en el ámbito del imperio español, esta idea sonaba a herejía y rebelión; pero si el soberano es el pueblo, como lo sostuvieron los quiteños, el pueblo delega al rey su soberanía, para que la ejerza a su nombre, por lo que estaba claro que si el rey gobernaba en forma arbitraria o estaba impedido de ejercer la autoridad, dicha soberanía retornaba a su fuente original, esto es el pueblo.

Estos principios e ideas, ya fueron sustentados por los franceses en su revolución de 1789, por lo que se llega a pensar que los quiteños de 1809 se inspiraron en las ideas de libertad, igualdad y fraternidad dados por los ideólogos masones de la revolución francesa. Hay que tomar muy en cuenta también que la experiencia vivencial de igualdad y libertad  es innata en todo ser humano.

Dr. Fernando Guerrero Bermúdez
Director de ciencia del Ateneo Ecuatoriano

 

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