Lo más importante que poseemos los seres humanos en la vida, es la vida misma, pero ésta debe ser consciente y con posibilidad de desarrollo. Si pudimos hacer esta reflexión, es porque tenemos la capacidad psicológica de entender, que es la que nos ha permitido crear cultura y civilización y sistematizar la filosofía, la ciencia y vivenciar el arte, así como también, crear protocolos que nos permitan proteger la vida, circunstancia que, en estos instantes, tiene un valor determinante para poder evitar el contagio del covid-19 y poder seguir reglamentaciones que nos permitan precautelar el desarrollo en sí de la vida.
En el aspecto de evitar la infección, debemos estar conscientes que la pandemia no ha pasado y que es indispensable, seguir protegiéndonos de la posible infección, con la utilización de mascarilla, lavado frecuente de las manos y el distanciamiento físico social; esto ya es responsabilidad personal y no debemos cumplirlo solo por seguir reglamentaciones de leyes sociales.
El aspecto psíquico ha sido afectado, ya que se ha agudizado la percepción psíquica de pérdida económica, de trabajo y más grave, la pérdida de la vida misma; también se ha acentuado el sentimiento de soledad, agudizando el criterio de la angustia vital.
Y existe la angustia, por no tener una respuesta efectiva a corto plazo.
Todo este panorama psíquico abigarrado se completa con la vivencia real de no poseer los medios económicos y materiales, necesarios para subsistir; este cuadro vivencial se agudiza en las personas de la tercera edad, ya que tienen una resiliencia vital-social disminuida. Es indispensable que tomemos consciencia de la responsabilidad vital y social en beneficio de las personas de la edad madura.
Dr.
Fernando Guerrero Bz.
Presidente
del CIDEHUSH.
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