viernes, 31 de enero de 2014

Pensamiento armónico y coherente es bioláser que da salud

Para disfrutar de salud, debemos reflexionar sobre varias condiciones concurrentes que influencian en la existencia del humano.

Recordemos que realidad es la presencia efectiva de algo que sigue irrestrictamente leyes físicas, que por resonancia puede dar o recibir información o influencia. Esta definición concuerda con los criterios dados por Stephen Hawking que dice que el Universo existe por el cumplimiento irrestricto de leyes físicas, entre éstas la que determina que todo vibra.

Aparentemente realidad y verdad son sinónimos, pero debemos aclarar que verdad es la conformidad energética vibracional de las cosas y las circunstancias, con la idea y el concepto que de ellas formó la mente particular de cada humano. Se puede colegir, que la verdad es la apreciación subjetiva de la realidad.

La idea es la representación energética vibracional mental abstracta, del significado de la realidad o de una ficción; esta representación se asienta en circuitos energéticos de la materia encefálica (cerebro, cerebelo y tronco cerebral); éstos son dinámicos y cambiantes y son consustanciales a la función vital.

Para lograr una vida con salud a través de vivencialismos científicos culturales, utilizamos la capacidad de entender, que es la facultad psíquica humana que nos permite tener una idea clara de una cosa o circunstancia. El humano es el único ser que entiende que vive, y esto es lo que le permite crear vivencialismos, para aplicarlos para su desarrollo con salud.

El ser humano hereda su cuerpo que es matéreo genético energético frecuencial, que está regido por leyes universales, que no solo llegan a lo físico y fisiológico, sino también a lo psicológico. Es oportuno recordar los criterios de Eric Kandel, premio nobel de medicina del año 2000, que en su tratado de Cerebro y Conducta trata sobre la fusión del estudio de la conducta, la ciencia de la mente, con la neurociencia, la ciencia del encéfalo (cerebro, cerebelo y tronco cerebral) y dice: “El dogma central de dicha unificación es que, lo que acostumbramos llamar mente consiste en una serie de funciones realizadas por el encéfalo. La acción del encéfalo subyace a toda conducta, no solo a las conductas motoras relativamente sencillas, tales como andar y comer, sino a todos los actos cognitivos complejos que asociamos con la conducta específicamente humana, tales como pensar, hablar y crear obras de arte”. Conforme a este punto  de vista, los trastornos del comportamiento, son alteraciones de la función cerebral.

Cada pensamiento tiene una emoción y una vibración dominante, que al expandirse y relacionarse con otros pensamientos, su energía y vibraciones interactuan y cambian.

Los pensamientos captan su tendencia a la acción, de las vibraciones internas dominantes que están en la memoria autogénica, que es esa memoria material genética energética, con información dinámica evolutiva, evaluativa y adaptativa.

Los pensamientos pasan a través de la matriz de la memoria autogénica en  su recorrido hacia la mente consciente.

Si la estructura interna de los pensamientos, se ha distorsionado, esta matriz puede reconfigurar las vibraciones inherentes y cambiar su tendencia, por lo que hay que estimular y reestructurar, con frecuencias coherentes y armónicas, la función adaptativa vital de la memoria autogénica. Tenemos además que valernos de los mensajes transmitidos por los transposones a la estructura matéreo genética funcional, que lo hacen por resonancia.

Un transposón o elemento genético transponible es una secuencia de ADN, que puede moverse de manera autosuficiente, a diferentes partes del genoma de una célula, fenómeno conocido como transposición. En este proceso, se pueden causar mutaciones y cambio en la cantidad de ADN del genoma. Anteriormente fueron conocidos como genes saltarines y son ejemplos de elementos genéticos móviles.

El transposón modifica el ADN de sus inmediaciones, ya sea arrastrando un gen codificador de un cromosoma a otro, rompiéndolo por la mitad o haciendo que desaparezca del todo. En algunas especies, la mayor parte del ADN que se le denomina “basura” (hasta un 50% del total del genoma) corresponde a transposones.

Su existencia fue propuesta por Barbara McClintock en el maíz, y se demostró más tarde en bacterias. Por ello fue laureada con el Premio Nobel en 1983.

El transposón tiene un mensaje bioenergético de información, base del aprendizaje y educación, que en último término es el cambio estructural mental, que está dada por la modificación de los circuitos energéticos encefálicos.

Estudios actuales  determinan la importancia que tiene el procesamiento de la información, en la función adaptativa vital, tanto biogenética esencial, como en la complementaria condicionada a lo socio cultural, base del aprendizaje; se destaca la manera como los genes saltarines, actualmente llamados transposones, intervienen para transformar los estímulos de información en memoria genética, que es la responsable de la respuesta adaptativa vital. 

Los pensamientos son energía armónica y coherente asentados en circuitos bioencefálicos, que han devenido de la posibilidad de información holística universal y están sometidos a la entropía, es decir tienden al desorden; cuando los pensamientos logran un proceso de rearmonización y coherencia, contraria a la entropía, se abren campos infinitos de creación material y funcional armónica y de salud.

La circunstancia de que el pensamiento es la imagen energética mental abstracta del significado de la realidad o una ficción asentado en el encéfalo, corrobora el criterio físico cuántico de que la energía es onda y partícula, siendo la onda información perenne y la partícula, la memoria de la energía y que en último término son lo mismo.

Los pensamientos por su alta coherencia, se convierten en un bioláser, con la posibilidad de armonizar los circuitos cerebrales; por lo tanto armonizando nuestros pensamientos en base a frecuencias sónicas, lumínicas y de los mismos pensamientos, podemos desarrollar nuestro ser físico, psíquico y social.

miércoles, 15 de enero de 2014

SONIDOS QUE AYUDAN A ALIVIAR DOLORES FÍSICOS Y EMOCIONALES

Para comentar sobre los beneficios de los sonidos en la salud, recordemos que, el sonido es la expresión vibracional de la realidad, que tiene un rango de frecuencia propia.

Debemos referirnos en primer término, a que una obra musical con sus elementos de ritmo, melodía y armonía, creados por el hombre, pretende dar un mensaje sónico, que produzca un deleite estético a quien lo escucha; este deleite estético es la respuesta adaptativa vital complementaria condicionada a lo sociocultural, que se produce por la correspondencia resonante que existe, entre el estímulo sónico y el recuerdo biosociocultural de la persona; pero este recuerdo es la "grabación" subjetiva de la realidad, que está influenciada por procesos fisiológicos, psicológicos y sociales personales, que en muchas ocasiones son incompletos y pueden llegar a distorsionarse, y ser la causa de las más variadas patologías o enfermedades en distintos grados de severidad.

Por otro lado, existen estímulos sónicos naturales coherentes y armónicos como son los creados por la propia voz de la persona; éstos resuenan  con la estructura biogenética esencial, y producen una respuesta adaptativa vital efectiva, que podemos aprovecharla para disfrutar de la vida y gozar de salud.

Entrevista al Dr. Fernando Guerrero Bz publicada en el Diario El Comercio,. sobre la aplicación de la Musicoterapia Holosergética, creada por él