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IMPRESBLOG No 2.

Poemas de Amor del Poeta Ecuatoriano 
Manuel Federico Ponce


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TEXTO
  Poema sin título

Tu cabello crea viento
la brisa nace en ti.
Y el vino nos inunda la sangre
tú eres musa de carne y hueso
has descendido desde las diosas del verso
para hacerte real y mía
Mujer que mueve el cabello soltando verso y vida.

Que estás ya en la tierra tuya
                                                         y nuestra
quédate en el mundo, simplemente
quédate en la vida, musa mía.

hojas secas

   La tarde pareció no morir. Tu sombra se escondía
bajo el árbol otoñado que aquella noche solitario  
                                                                 deshojé
   Hojas nacientes derramabas tú por mi camino…
Y yo, a su encuentro, secas ya, las recogía.

   El árbol resecó, y no hubo hojas que desflorar.
  Las que mustiaron en tu senda, hojas trisadas
que despojaste al andar, las reunía yo, y las
esparcía en la brisa de la tarde que no quiso
                                                         morir…
       Y cuando tú tornabas a encontrarlas,
rejuntabas sin quebrar,  pacientemente, y las
guardabas en el árbol tierno de tu corazón, que
                                                    nunca deshojé.

                                                              1.962                                                            

      a una Artista

Sus ojos negros, sus ojos
su viento triste, su viento.
su alma en celo, tu alma
tu tez morena…
tu pelo al viento.
Lleva una lumbre en silencio
lumbre de infancia,
y de tiempo.
Va tan de lejos, su cuerpo
negros sus ojos,
su viento.
Tiene la palabra en celo
tiene el pensamiento adentro
Su melena siembra en vuelo
un capullo de iris tierno.
Ojo y brisa, llanto y lejos,
vas partiendo en vida y tiempo.


Tu cabello me ha dejado
un dulzor de pasión y cierzo,
      dulzor de lento verano…
Su viento triste, su vuelo
su alma en celo, su tiempo.
Ya de tí, nazco un pasado
ya de tí, ando el recuerdo.
Ardor de beso moreno
pasión madura, y tormento.
Cuánto de niña en el verso
cuánto de luz en el verbo.
Vocablos de siempre, y al tiento
tu pulso de voz desde adentro.

Sus ojos negros, sus ojos
su viento triste, su viento…
  
                               0   0   0                                            

Quién el que bajo el manto claro pasa y ronda
quién el que vela tu humanal porfía
y quién el que divaga en su nocturno duelo.  
Todos los sigilos de la pena mía.

Quién el que retoca en su tambor de niebla
toda tu querella de hora fría,
quién en fin, el que en tu  palabra dormida
resume todo el cántaro que desbordara
                                                        el día.

     marino amor

En ti se funden
rostro y viento
cuerpo y noche.
Oleaje que me das
a la luz del hijo
a la voz del seno.
Tu entrega
sembradura y don.
Tu tiempo
labio prieto
pálida repasadora del beso.
Mujer
cópula y sueño

          0   0   0

   El sexo te deletrea el cuerpo
sin más razón que la vida.

              dádiva
  
   El mar está colmado de ocaso, y la brisa, de ti.
   Aleteos perdidos que son pasajeros de la arena,
van en sombras, y los últimos nidos dejados se
                                                  cubren de bullicio.

   Agobiado de inmensidad, te entrego mi
                                                            mejor poema:
  Tus ojos son nidos de pájaros eternos.
                                                      
                                                          San Vicente

He desandado en mí tu fulgor
con la sombra de mi noche,
que va haciendo de su negro toda un alma
como hace el ave de la paja todo un nido…
Y es el clamor del ave mi clamor
Y es la noche de su pétalo mi luz.
Eres tú mujer una ánfora en la pena
que se llena con mi canto anochecido

Y eres tú mujer un cántaro
del agua recogiendo mi latido.
Voy como un río a tu sed de lágrima
a recorrer con mi brío tu lejura,
Porque estás y no estás al mismo tiempo
en el temor de mi llegada dolorida.
Te miro y te deshago en tu noval entrega
y te hago luz y me haces luz en el retiro.
Dame tú la morenidad y tu paisaje
yo te daré del tiempo de la vida.
Dame tú el aroma que te vuela y abandona
yo te daré de esta lámpara que enciendes.
Permanezcamos la escena del amor
hasta que el amor nos funda,
y perdure el sueño.


Y vino el poema a madurar el día
Y viniste tú, a madurar la noche.

                        0   0   0

Tus pies hollaron la arena...

                                +   +   +                               

   Saliste a dejar que tu espíritu bogase por la
mar, y con  tus cabellos tardos, la brisa tejió un
                                                                      nido.

Y nació el amor.

   Mirabas mi sombra vagarosa entre las olas, y
enmarañaron tus ojos la noche: avecillas que
remontan vuelo dejando en olvido su moranza.
  Entonces, quisiste cobijar con la hechura de tu
cuerpo blanco, el recogimiento eterno del océano,
                                                    sus ondas contritas.

   Y desde el fondo un rielar de luna sombreó a los
mares el nido de tu cabellera…
   Y absorto, en la penumbra, mi cuerpo peregrinó
hacia tu reflejo en el piélago. Y tornando la
estrella a la hora de la oscuranza, tejió con sus
rayos blancos, sobre un insomne amor.

Sublime y humano el amor.
                                                                                                                                                                                      
     un poema de Eros
El amor rompiente como un río
invade tu perfil pequeño
y se destierra a sí mismo
para horadar la noche.
Sagrada noche del relámpago agreste   200
visionaria de un Deseo anclado
bajo la techumbre de montaña
Amor rompiente que el aire ilumina en lo desnudo
Cabañal en soledad de bosque
hermana de la paja y el silencio,
Cuando las voces ahogan su cópula en el trueno
las cuatro manos se desnudan y se asombran
y los cuerpos se inundan de sudor y fuego.
Amor, amor lejano de boscaje y bruma
amor parido al acecho del viento.
Vas como el zorro y como la liebre vuelves
Vas en el sueño y con la hora vuelves.
Vas y retornas, partes y revuelves
Nadie sabe cuando eres y de qué renaces
y contigo hasta el dolor desamanece.

Y el sexo vierte su manantial de río amanecido
en las bifurcaciones de tu entraña roja.

Y tu mirada obscura, se anochece.

                                                               1.980

            palabra pura

   Tú siempre tiendes sendas nacidas
¡huella eternal que voy acogiendo!
   Tú siempre en pos de horizontes
¡un horizonte soy, perdido!
   Tienes ojos que guardan lejanías
   ¿qué lazarillo llevo que voy vagando sin
                                            pasos tuyos?
   Entregas rumbos a los arcos sin ruta
¡el arco soy, el arco que alberga apenas la
                             senda que vas trazando!

       Poesía erótica

Quiero poner mi cuerpo en el centro de tu nido
Quiero anidar mi sexo en la hondura de tu vello
Quiero enredar mis manos en lo negro de tu pelo
y entrar mi beso en lo cristal de la mirada tuya
Resbalando mi boca en la humedad de tu piel
por todo el sendero de tu sangre
en todos los poros que tu sangre riega
Besarte hasta el beso y hasta el alma
recorriendo en el sentido,
tu latido sintiendo
latir de tanto latido
y sentir regada tu ánima en toda la senda que me
                                                       lleva a tu sitio
al sitio mismo de la piel
tu centro mío, y nuestro,
al sitio que tus ojos absortos miran
cuando nuestras bocas se juntan buscando el
                                                     vientre a solas.

             nautAmor

Avanzando
en este pájaro inmenso que nos lleva hacia el
                                                               olvido
entreveo en el filo de la nube
tu figura.
Te dejé
asida a la esperanza.

Tornaré
tomado del recuerdo.
No son tuyos
ni este manto de paz que nos invade el rostro en
                                                           su blancura
ni la enajenación del infinito
que me aleja de tí
sin detenerme,
ni la distancia que ha nacido
en el dolor.
Mas
son tuyas
hora y sombra
beso y queja
piel y entrega.

Y la ojiva
remeda en el aguaje
su lágrima furtiva.

Ella   es   ya   una   sombra.

                        0   0   0

Tus manos
tus senos
tus muslos,
están conmigo.
            Mas,
faltas tú.  
¿Dónde te has dejado?

            poema vivo
La llama redora su brío
el amor duerme, con tino.

Calor vibrante en la fibra
tendedura regada en la colcha.
Color que duele y perdura
quietud que amansa la bruma.
El fuego araña la piedra
            tu cuerpo cae en mi hastío, manta tibia…
El rescoldo se aprisiona en la chimenea
tu clamor se enmorena en piel.
Danzar de fuego puro
dormir de amor pacificador.
Flamas de furia y de frío,
me endulza tu cintura loca.

            El antivida

La sabia moral
  sabiamente se renueva
  en el bien de vida.


El hijo no gestado
se lo puede desquerer
sin no querer al amor.
El mundo va hacia el siglo.
Tengo fe en el hombre
Pone su razón la hembra.

Y la naturaleza misma despierta
su agua nueva de fuentes
y la hierba anticonceptiva.


        0   0   0

El árbol
hastiado de acera
ramea sobre la mujer
náufraga en el cristal.

El sol calcina el negror de la brea
y la raíz del verdor
serpentea moribunda en el cemento.
Y un rosal acude en brisa
espina y hojas solas
en la soledad del paredón de la calle
que blanquea su largor de guarda.
Habrá una mujer
  me dice el viento
que tenga mi soledad
hecha de verso…?

                         poema

   Tu estarás colmada siempre con el alma de
todos mis trajines, de todos mis poemas, de todas
                                                         mis lágrimas.

       Mujer equinoccial

En ti están todas las indias de América.
Morena piel de moreno tiempo.
Manos cariñosas de mestiza herencia
Todos los siglos pasados se aventuran en tu
                                                                frente
Has sido horneada en moldes de sangre
Has llegado a mí tostada como pan nuevo
                        suavecita y caliente como pan del día
estás hecha con masas ancestrales
Te fueron moldeando para poner en mis manos tu
                                     cuerpo permanente de mujer
hermosa curvatura que mi deseo enciende
quiero tomarte entre mis manos
tomar tu sexo y hacerlo andar por todo este silencio
eres mía desde los tiempos del barro indígena
étnicos y españoles han pasado por la gestación de
                                                                         tu carne
y sin darte cuenta tú
te fueron haciendo ecuatorianísima
la sabiduría india fue amasándose en tu boca de
                                                               sonrisa sensual
morena y mía
traída a mi lecho desde un costanía de Valdivias
Descendida en mí
Puesta sobre mis ansias tu piel de princesa que
           los Indios rescataron de sus tardes de afrenta
única salvada del diluvio y la conquista
Me la trajeron para
                 inmortalizarte escribiéndote el poema.

Mariela, la Africana


Tus vivos ojos negros que conocí aquella

tarde hecha para tu risa blanca
de marfil perfecto
me dijeron de toda una historia morena arribada a
                                           las costas de esta tierra
cuando lo habitaba soledoso el ancestral indígena
que vive en nuestra sangre
y está en el maíz e hizo el techo que le cubre.

Llegaste mujer en un barco ajeno
a imponer tu danza negra en el universo del
                                                                 incaSol
del Scyri y del Cayapa.
Y somos ahora lo mestizo y lo ecuatorial
gitanos de la raza.

              El espejo
(nuevo)
Si tú cantas
yo te miro.
Si te miras
yo te canto.
                   El Poeta es libre como el viento.





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Apreciación de la Comunicación en Salud en la obra de Eugenio Espejo

Autor: Dr. Fernando Guerrero Bermúdez


En el afán de que la comunicación, a más de ser informativa, se convierta en una herramienta de formación, llegando a la comunicación formativa, hemos creído conveniente imprimir los contenidos de los blogs Vivenciesalud.blogspot.com y de www.doctrinavital.com; esto permite a las personas que lo lean, que se desarrollen con salud, condición que cae en el campo de estrategia de comunicación en salud, que permite informar para influenciar en la conducta y decisiones personales, sociales y literarias, en afán de un desarrollo holístico.

Los impresblog serán objeto de una clasificación temática, que constará en un índice que lo publicaremos conjuntamente.

Contenido de los impresblog:

Impresblog No 1: "Apreciación de la Comunicación en Salud, en la Obra de Eugenio Espejo", autor  Dr. Fernando Guerrero Bermúdez.

Impresblog No 2: Poemas de Amor (Antología escogida de Libros que le han publicado al gran poeta ecuatoriano Manuel Federico Ponce).



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TEXTO


APRECIACIÓN DE LA COMUNICACIÓN EN SALUD 
EN LA OBRA DE EUGENIO ESPEJO               












    Dr. Fernando Guerrero Bermúdez


Para apreciar la comunicación en salud en la obra de Eugenio Espejo, es necesario saber qué es comunicación en salud y la relación que consideramos existe con la obra de este gran personaje. En esta apreciación, tomaremos criterios actuales, sin llegar al anacronismo (concepción crítica que pretende juzgar hechos del pasado valiéndose de conocimientos actuales que llegan a determinar criterios distorsionados), por lo que consideraremos sus ideas y sus obras como actividades precursoras de la expresión de la comunicación en salud, es decir, como un mensaje de herencia simbólica mental cognitiva.

Se dice que la comunicación en salud abarca el estudio, la investigación y el uso de estrategias de comunicación, para informar e influenciar en la conducta y decisiones personales y sociales para preservar y mejorar la salud.

Para reflexionar y tener criterios de comunicación en salud, es conveniente reflexionar sobre nuestra capacidad psíquica de entender, que es la que nos permite tener una idea clara de una cosa o circunstancia y ha sido la base para la creación de cultura y civilización; además, el entender contribuye a que reflexionemos y podamos analizar nuestras condiciones vitales. Es por esta facultad psíquica, que podemos relacionar el fenómeno de la comunicación con la salud.

Puesto que la comunicación en salud es parte importante de la comunicación en general, es conveniente repasar que es comunicación.

La importancia de la comunicación radica en que es consustancial a todo lo que existe.

El vocablo comunicación deriva del latín communicare, que significa “compartir algo, poner en común”; la comunicación, desde el punto de vista ontológico, considera que este compartir se da entre los componentes del Todo o Universo. La comunicación es consustancial a la realidad, porque ésta es la presencia efectiva de algo que puede dar o recibir información e influencia por resonancia; este elemento es concurrente tanto para la realidad como para la comunicación, ya que la realidad y la comunicación se desenvuelven en campos energéticos vibracionales resonantes, ya que todo vibra en el Universo.
La comunicación influencia en gran medida en el desenvolvimiento de nuestra vida, por lo que debemos comprender cómo se transforma la información sensitiva vital cognitiva, para formar conceptos que son los que orientan nuestro comportamiento y conducta.

Siendo la comunicación un proceso esencial en la conducta humana, se hace necesario revisar conceptos actuales de neurociencia y conducta en este campo, dados por Rodolfo Llinás y Eric Kandel, que nos ayudan a esclarecer el proceso mental que crea imágenes y conceptos.

Rodolfo Llinás, en su libro “El cerebro y el mito del yo”, manifiesta que, “…desde mi perspectiva monista, el cerebro y la mente son eventos inseparables. Igual importancia que lo anterior tiene entender que la ‘mente’ o el estado mental, constituye tan solo uno de los grandes estados funcionales generados por el cerebro. Los estados mentales conscientes pertenecen a una clase de estados funcionales del cerebro en los que se generan imágenes cognitivas sensomotoras, incluyendo la autoconciencia”. (Llinás. El cerebro y el mito del yo. 2003:1. Bogotá)

A continuación, Llinás manifiesta: “…Propongo que el estado mental represente o no (como en los sueños o lo imaginario) la realidad externa, ha evolucionado como un instrumento que implementa las interacciones predictivas y/o intencionales entre un organismo vivo y su medio ambiente; para que tales transacciones tengan éxito, se requiere un instrumento ‘precableado’, genéticamente transmitido, que genere imágenes internas del mundo externo... La predicción, función tan radicalmente diferente del reflejo, constituye la verdadera entraña de la función cerebral.”. (Llinás. El cerebro y el mito del yo. 2003: 4. Bogotá).

Llinás continúa diciendo: “…Dado que en general el cerebro opera como un sistema cerrado, debe considerársele como un emulador de la realidad y no como un simple traductor”. (Llinás. El cerebro y el mito del yo. 2003:16. Bogotá)

Para aclarar la función psíquica cognitiva que produce conceptos, también debemos considerar los criterios dados por Eric Kandel, premio Nobel de medicina del 2000, en su libro “Neurociencia y Conducta”, en este campo; cuando se refiere a la fusión del estudio de la conducta, la “ciencia de la mente”, con la neurociencia, “la ciencia del encéfalo”, manifiesta que “…el dogma central de dicha unificación es que lo que acostumbramos a llamar mente, consiste en una serie de funciones realizadas por el encéfalo. La acción del encéfalo subyace a toda conducta, no solo a las conductas motoras relativamente sencillas tales como andar y comer, sino a todos los actos cognitivos complejos que asociamos con la conducta específicamente humana, tales como pensar, hablar y crear obras de arte. Conforme a este punto de vista, los trastornos de comportamiento, que caracterizan a la enfermedad mental, son alteraciones de la función cerebral”. (Eric Kandel. Neurociencia y Conducta. 2000:5).

Los seres humanos somos una entidad biológica que orienta su conducta en base a conceptos; estos son estructuras simbólicas mentales cognitivas, por medio de las cuales comprendemos las experiencias y adquirimos conocimientos, de manera dinámica y acumulativa; la información significante, que es la que va a producir conceptos, proviene de la información de la función de adaptación, así como también, de la información cuando se adquiere nuevos conocimientos, en un proceso de interrelación y correlación con la memoria.

Estas construcciones mentales surgen por medio de la integración en clases o categorías, que agrupan nuevos conocimientos y nuevas experiencias con los conocimientos y experiencias almacenados en la memoria.
Al concepto se le considera una unidad cognitiva de significado; un contenido mental que a veces se define como una "unidad del conocimiento".

Podemos reflexionar que la obra y las ideas de Eugenio Espejo, como investigador, científico, médico, periodista, abogado, ensayista, tienen relación con lo que se denomina comunicación en salud, ya que su obra de investigación está orientada por lo que él llamaba “Reflexiones”, para posteriormente difundirlas con estrategias de comunicación de su tiempo, en beneficio de la salud personal y social.

En la obra de Espejo, podemos apreciar la comunicación en salud, ya que todas sus investigaciones las hizo de manera metódica y prolija, que daban resultados reales, que podían ser aplicados, ya que tenían una orientación en beneficio del desarrollo y salud de la sociedad. Esto, en gran medida, lo podemos apreciar en su obra enciclopédica “Reflexiones acerca de las viruelas”, que es un compendio de historia de la medicina de su tiempo, un tratado de higiene y ha sido considerado el primer documento de Medicina Social escrito en América India.

En 1785, se publica los resultados de su investigación Reflexiones acerca de un método para preservar a los pueblos de las viruelas; se puede decir que da lineamientos en el campo de la comunicación en salud, al cuestionar la higiene del ambiente quiteño y criticar la formación que recibían los médicos y sacerdotes que estaban en la dirección del hospital de Quito; en esta publicación, se aprecia un gran contenido deontológico.

Al hacer una historia razonada del origen de las viruelas y su difusión por el mundo, Espejo dedujo el carácter eminentemente infecto-contagioso del mal y la necesidad de aislar a los enfermos.

La mente superior de Espejo se abona por su gran ilustración, es así como, a sus criterios suma las ideas de Sydenham, médico inglés famoso, que dice que las
epidemias deben producirse por miasmas, es decir, por causas no bien conocidas, ocultas en el suelo, activas en determinados momentos, de "constitución epidémica" o de "genio epidémico", que al estallar dan a las afecciones coetáneas aspecto-semejante.

Espejo interpreta a Sydenham que dice, que la causa de las epidemias está en la pésima constitución del aire. A partir de este criterio, Espejo agrega que sólo en este elemento y en sus mutaciones debe residir la causa de las epidemias. "Y a decir verdad, agrega, la atmósfera que nos circunda, debe tener un influjo muy poderoso sobre nuestros cuerpos para causarles sensibilísimas alteraciones".

Pero Espejo va más allá: "Ahora, si a esta atmósfera se le une una porción de vapores podridos, será inevitable que contraiga una naturaleza maligna y contraria a la constitución de la sangre: esto bastará para que se suscite una enfermedad epidémica, cuyos síntomas corresponden a la calidad propia del veneno inspirado por los pulmones y derramado en todas las entrañas". Pero los efectos son distintos en cada caso, y cada enfermedad afecta específicamente tales regiones y órganos. Y entonces Espejo pregunta: "¿Quién podrá comprender el misterio de que en semejantes ocasiones el aire venenoso determine a ciertas partes del cuerpo y no a otras, sus tiros perjudiciales?" Y él mismo se contesta: "Los físicos se esfuerzan por atribuir este fenómeno a la diversa configuración de las moléculas pestilenciales y a la capacidad diversísima de los diámetros que constituyen la superficie de las fibras del cuerpo. Un glóbulo, pues, entrará bien por un poro orbicular; un corpúsculo cuadrado, por un diámetro de la misma figura. Así las cantáridas insinúan sus partículas en los órganos que sirven a la filtración de la orina; el mercurio donde quiera que se aplique, sube a las fauces y a las glándulas salivares, a pesar de su conocida gravedad; el acíbar se fija más bien en el hígado, que no en el bazo, etc. Y así respectivamente con los venenos y los medicamentos sucede lo mismo".

Espejo tiene un interés muy importante en la relación recíproca entre esos elementos extraños al ser y el ser mismo, la interacción que entre ellos se produce. "¿De dónde sabremos, se pregunta, evidentemente que pase en este recíproco mecanismo, así de la acción de aquéllos, como de la reacción de los resortes de la máquina animal?"

Este gran investigador da criterios sobre ideas universales sobre las epidemias, al manifestar:  "...toda especie viviente padece su epidemia y muerte en una general revolución, que llega a conmover la armonía de los sólidos y líquidos. Lo más que se puede inferir de aquí es que hay tósigos en la atmósfera adecuados a los individuos de cada especie racional o bruta, pero habrá estación en que el aire contraiga una pestilencia que ataque simultáneamente al hombre y brutos, a vivientes e insensibles: entonces la epidemia es universal".

Espejo concluye que: "De esta manera, toda la masa de aire no es más que un vehículo, apto para trasmitir en vago hacia diversos puntos la heterogeneidad de que está recargado. Luego el aire mismo no es la causa inmediata de las enfermedades, especialmente de las epidémicas; y esas partículas, que hacen el contagio, son otros tantos ´cuerpecillos´ distintos del fluido elemental elástico que llamamos aire. Luego es necesaria la ´conmistión´ de aquéllos y de éste, para que resulten esos maravillosos fenómenos, que aparecen de cuando en cuando para terror y ruina de los mortales".

Y sin poder llegar a los "cuerpecillos", sin un microscopio, Espejo se pregunta: "¿Cómo hemos de saber qué figura tengan ellos o qué naturaleza?", por lo que hay el criterio de que él llegó a las puertas de la Microbiología.

Pero su poderosa intuición lo conduce aún más lejos: "En la casi infinita variedad de esos atomillos vivientes, se tiene un admirable recurso para explicar la prodigiosa multitud de epidemias tan diferentes, y de síntomas tan varios que se ofrecen a la observación. La dificultad más insuperable es la que causa la viruela, asistiendo a casi todos los que no probaron su contagio, y perdonando también a casi todos los que ya la habían padecido. ¿A dónde está el ingenio luminoso que pueda penetrar estos arcanos?"

De una vez quedan planteadas la infinita variedad viral y bacterial y la inmunidad a la reinfección.

Un siglo después de estas ideas magistrales de Espejo, Pasteur establece la tesis que esos atomillos vivientes existen y que son efectivamente los agentes patógenos.

Espejo también hizo investigaciones sobre la sífilis y su origen, y refuta a quienes atribuyen el origen americano de esta enfermedad y da reflexiones orientadoras que concluyen que esta enfermedad llegó a América con los colonizadores hispano-lusitanos.

Preocupado siempre de la salud pública, consciente de las proyecciones del mal y su extensión, Espejo plantea a las autoridades civiles la iniciación, de la lucha antivenérea, al tiempo que recomienda a los médicos severas medidas profilácticas.

En sus estudios e investigaciones sobre la lepra, define la enfermedad como "una corrupción de humores que reproduce cierta especie de insectos que se anidan debajo de la cutícula y roen el cutis mismo y todas las partes carnosas internas", y afirma que su contagio no se produce por el aire:  "... no hay duda de que viene de fuera, de las aguas, el alimento, la ropa y el trato de las personas que la padecen". Pero advierte que cualquiera que sea la causa del contagio, "ella es débil, insubsistente, a presencia del ambiente frío y capaz de perder luego su fuerza venenosa". Por el contrario, "los países calientes son los que la abrigan".

Espejo recomienda a las autoridades aislar a los enfermos y hasta proyecta un leprocomio.

En otra genialidad de sus pensamientos orientados a la salud pública, propone censar a los enfermos de Quito, que se hace inviable por falta de apoyo de sus colegas, que mal disimulan su disgusto frente a sus iniciativas.

También se preocupa Espejo del cáncer y la tuberculosis.

Sobre el cáncer dice poco en verdad. Pero describe con gran acierto el cáncer uterino.

E igual que en los casos precedentes, recomienda el aislamiento del enfermo y la incineración de sus pertenencias.

De la tuberculosis reconoce que es eminentemente contagiosa. Pide la intervención de la Policía Médica y sugiere la fumigación y la pintura con cal de la vivienda del tuberculoso decesado.

A Eugenio Espejo se le debe considerar como un salubrista precursor de la salud pública, pues en materia de higiene y sanidad públicas, no reporta la historia latinoamericana otra figura tan llena de preocupación por el estado de las ciudades, la pureza del aire que respira la población, el cuidado de las viviendas, el aseo de las calles, la recolección de la basura, la crianza de animales, la limpieza en los templos y conventos, la calidad de los alimentos al expendio, la reforma de las costumbres, la educación de los hábitos, etc. Y no sólo señaló en su estudio el mal y sus orígenes, también sugirió medidas concretas, y algunas veces hasta formuló ordenanzas, cuya aplicación dio magníficos resultados.

Como podemos apreciar, las ideas y la obra de Espejo, y su aplicación práctica, caen en el campo de la comunicación en salud, porque abarca el estudio, la investigación y el uso de estrategias de comunicación de su tiempo, para informar e influenciar en la conducta y decisiones personales y sociales para preservar y mejorar la salud.



Fuentes de Información:

López, Sánchez José. “Ensayos científicos escritos en homenaje a Tomás Romay”.  Academia de Ciencias de Cuba, La Habana. 1968: 143-154.
Llinás, Rodolfo. “El Cerebro y el Mito del Yo”. Editorial Norma. 2003. Bogotá  
Kandel, Eric. “Neurociencia y Conducta”. Peñalara S. A. 2000. España 




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