El Dr. Fernando Guerrero Bz, creador de la Disciplina Holosergética, reflexiona sobre este criterio, bajo la óptica de la Corriente Artística Vivencialista Holosergética.
Jualianne Moore, afirma que el cine puede ayudar a cambiar el
mundo, a través de cómo afecta a las personas que ven las películas, pero
actuar no es algo real, “no es una terapia”, igual que los espectadores no van
al cine a curarse sino para tener una experiencia.
El Dr. Fernando Guerrero Bz, corrobora este pensamiento y
manifiesta que, según el criterio de la Corriente Artística Vivencialista
Holosergética, la obra de arte, a más de producir el gozo estético, debe
producir una Armonización Vital de la persona que lo aprecia, sea el intérprete
o el espectador, convirtiéndose así, la obra de arte, en un recurso terapéutico.
Jualianne Moore, al conversar con los realizadores Werner
Herzog y Xavier Dolan, en un acto organizado en el marco del Festival de
Cannes, y cuyo objetivo era debatir como ver el mundo a través de una lente
diferente, hizo hincapié en que al actuar “estás contando una historia” y los
intérpretes tienen que estar “intelectualmente” preparados para llegar a casa y
desconectar de un rodaje. “La grandeza del cine es que vamos a ver películas
para tener experiencias. Tú como actriz, proyectas parte de tu personalidad y
te asocian al personaje, pero no eres tú, es ella” explicó.
Bajo la óptica de la Corriente Artística Vivencialista Holosergética,
la obra de arte, no es la interrelación y correlación de representaciones, sino
la interrelación y correlación de vivencias, del actor y del espectador; ahí
radica la trascendencia, porque va a armonizar el desarrollo de la vida; en
este caso sí, la obra de arte se convierte en terapia, ya que va a armonizar el
desarrollo de la persona, eliminando las desarmonías, que son las enfermedades.
Dr. Fernando Guerrero Bz.
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